21 mar 2011

Noche por el sábado

El perro aquél , que taza tomaba en la sopa, pisteaba en el baile, paso a sapito ritmeaba un dance, a los pies de JD ombligo.
Se clementinó acerca, y le bailó pedir una canción. Entonces apretaron bailados el vals del tiempo.
Que colura de reventón !

El perro besó a clementina pedir su codo. vaya codo! y en un 6 ya vivían un plan juntos.
Deseaban un gran hijo con pasto , y críar 3 casas, de preferencia rubias , y claro ! niñas ,para así poder peinarlas, y de seguro , tener nietos.
El perro soñaba con dedicarse a la pintura, y en su tiempo libre sería médico cirujano, pues amaba con diente y garra la cocina, de preferencia oriental.
Los latinos tienen buena mano.
Clementina no gustaba del trabajo duro , siendo que más adelante se vería obligada a vender miradas y sonrisas, en épocas de crisis, cuando quebró la empresa de pasta dental para perro.
Vendía miradas a 20 y sonrisas a 100.
Que deslumbrante!.

Así pasaron los años en aquella misma disco , 40 años juntos, la mujer calva y el galgo dejaron pasar el tiempo que murió al final de los 4 minutos de aquella canción.
El vals del tiempo con su fin los separó.
La muerte muere en la reencarnación , un nuevo amante en una nueva canción.

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